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Querid@s

Quisiera compartir mi experiencia durante estos meses de confinamieto desde mi trabajo como terapeuta y a nivel personal. En cierta manera este proceso me ha hecho grandes regalos:

⚘ Me ha permitido ser solidaria con otras personas, tratando de manera gratuita y voluntaria a quienes tenían síntomas de COVID-19. Esto me dio la oportunidad de ver algunas creencias subconscientes compartidas entre estas diferentes personas y poder entender un poco mejor cómo nos pudiera estar afectando internamente.

(Comentar que todas las personas con las que he trabajado, a día de hoy están recuperadas de coronavirus, y se sienten incluso con más energía y vitalidad y mejor ánimo que antes, ¡sí!).

También fui voluntaria durante a través de Alzerapia.es trabajando en pequeñas sesiones de media hora para personas que estuvieran pasando una mala situación debido al confinamiento y la incertidumbre de estos momentos. Trabajé con personas tanto de España como de América Latina (Colombia, Guatemala y Venezuela). Y me resultó también muy enriquecedor para mi y confío que para ellos también.

He visto a personas (con las que había trabajado anteriormente en terapia), a las que realmente el confinamiento las dejó en una situación de bienestar, paz y tranquilidad. El hecho de parar y que todo el mundo lo hiciera con ellas, rebajó mucho la sensación de competitividad, estrés, comparación, etc. Se trata de personas muy sensibles, hogareñas, que disfrutan de estar en casa con sus seres queridos. Realmente, ellas fueron bendecidas por esta situación.

En lo personal, el confinamiento me dejó a medias de una mudanza, con la mayor parte de nuestras cosas metidas en cajas. Mientras esperaba a ver como evolucionaba el Estado de Alarma y el momento apropiado (flexibilidad mental), nos dejó por más de un mes viviendo con solo lo esencial. ¡Todo un aprendizaje! (Me considero minimalista, o eso pensaba yo, oops. En cuanto he podido, he puesto en venta gran cantidad de cosas en páginas de segunda mano). He comprobado cuanto nos sobra de lo que pensábamos «fundamental».

Pero sobre todo destacaría el regalo de mi nueva forma de trabajar. Antes hacía o bien sesiones presenciales de terapia SAAMA (en silencio y explicando a la persona lo que habíamos trabajado) o bien a distancia (y luego compartiendo el informe de la sesión).

¡Ahora he descubierto cuánto me entusiasma mi trabajo realmente!

He descubierto que me gusta mucho más canalizar la información de viva voz ante la persona. Para esto he requerido de Confianza en todo lo que en las sesiones nos acompaña (en el Yo Superior, en los Guías, en SAAMA) y en mi propia capacidad como canalizadora, ser herramienta consciente de sanación.

AL trabajar por videoconferencia está siendo muy nutritivo y enriquecedor: poder tener a la persona delante da también la posibilidad de hacer preguntas y participar de la sanación.

Para mi Conectar al entrar en sesión es un auténtico regalo en sí mismo. Ya puedo estar triste, cansada, disturbada, etc., que en cuanto me conecto para hacer este trabajo de sanación, es como recargarme en una bateria universal. Salgo llena de entusiasmo, energía y plena de Amor Incondicional.

Quería compartir esta experiencia, porque sin duda ha sido un regalo para mi. El confinamiento me dio un gentil empujón a canalizar de una forma mucho más amorosa y plena. Gracias por ello, a lo Divino (o el nombre que entiendas para nombrar esa parte más Grande de ti), gracias a las personas que llegaron para poder experimentarlo y gracias también a mi misma por permitirme este regalo.

Gracias, gracias, gracias

Silvia Gutiérrez – Desde Mi Ser
www.TerapiaSaludEmocional.com

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